El sudor

 Los billetes se transforman en pensamientos,

Gotas,

Sangre,

O sudor. 

De las manos y los pies adoloridos, 

De espaldas túmidas por jornadas,

De esclavitud. 

He pensado que las cadenas que un día tuvimos,

Aun no han desaparecido y 

Siguen gravadas en la sangre de nuestra piel. 

Las suaves

 Como un calido  golpecito  en la frente,

Las suaves flores rosadas llamadas OCOBOS.

Inundan las calles de infinidad de petalos, 

Camino en la iluminosa presencia de este espectaculo.

¡Llego la primavera!

Y se nota como caen los ocobos en el amplio pasto,

En los caminos rodeado de personas,

De enamorados y niños sentados con sus familias. 

Se respira un aire de paz y que es de color rosado. 

Los lagos se pintan del petalo que cae suavemente y

Retumba en cada parte del agua. 

Y  de los corazones que han estado pintados, 

De un gris negro. 

Estaba en su moto

Compro una moto, era de las modernas,

Veía el sudor mío en las llantas, 

Sus ruedas brillaban, 

El motor resonaba fuerte.

Era perfecta. 

Hasta que un día, 

Andaba feliz y lo pararon 

Eran dos policías, 

Y se le llevaron la moto. 

Ellos tenían su razón,

Razón de las leyes de hierro. 

Las lagrimas salían como cascadas.

El sudor de sus mejillas, 

Fue gris. 

Y lo que se suponía debía ser, 

No fue. 

La primavera

 Algunos añoran mi  presencia, 

Y otros la detestan. 

Es el inconformismo humano. 

Soy cálido y  luminoso. 

Me dicen el sol,

O el sol de los demonios. 

Lo que todo quema y arrasa. 

Y también que da amor y 

vida.

Y estén calientitos los corazones. 

Depende de los ojos y los valles. 

Pero su belleza perdurará para siempre.

Así no estén los cielos o las calles. 

Los lagos

Fuerza imparable. 

Colores verdosos y negros. 

Cascadas de piedras doradas, 

Y piedras de musgos. 

Negros como el bosque gris. 

Futura ceniza dorada,

De arboles y pasto de verde mágico. 

¡Riqueza!

¡Riqueza!

¡GRIIIITO!

Muerte.

Un respiro

Todo es un momento, 

Que se paraliza. 

Y es vivo como los ríos, 

Y los glaciales. 

Y las montañas que efímeras,

Se vuelven cemento y huecos. 

O fosas, 

O puentes elevados. 

Que desaparecen en el anochecer. 

En el palpitar de los  corazones.

En los parpados cerrados, 

En las lagrimas que caen de mejillas rosadas. 

El cielo azul

Mi color favorito es el azul,

El que se pinta en los mares,

El que se balancea con ímpetu y calma.

El que  se pinta en los cielos, 

Tormentosos y mansos.

Siempre me ha gusta el azul, 

Tal vez por la tranquilidad que emana. 

Y tal vez por la tempestad la cual se convierte. 

Las palabras

 Las palabras son infinitas,

Y son bellas. 

El mundo es finito, 

Pero es grandioso.

La vida de mi madre es finita,

Y ella es maravillosa. 

Las buenas cosas en la vida, 

No duran para siempre.

Por ello, un cafe y un cigarro, 

Son momentos que deberían perdurar para siempre. 

He caido

 Mis fuerzas me abandonaron, 

Los ojos dejaron de palpitar, 

El sueño se hace profundo. 

Los músculos pierden el poder, 

Y los huesos se debilitan. 

El mundo pierde su color,

Los ojos su brillo. 

Y mis sueños su esplendor. 

Las nubes opacas

 Como el cielo candente del fuego, 

Mi alma siente un furor que desprende, 

Los mas helados corazones, 

Y los mas frios sentimientos. 

Soy un desregulador de pensamientos,

Y de odios. 

Amo que un color candesecente, 

Que incluso puede segar los corazones  y 

Morir. 

Las tardes.

Los días se han hecho de luz, 

Y las noches de tierra. 

Huecos en los bosques, 

y gritos de auxilio en las calles. 

Pisos manchados, 

La sangre cubierta que cubre, 

En los rostros de la noche. 

En mis recuerdos, 

Los sonidos de un calvario en la ciudad. 

La mano negra le dicen. 

La mano de dios. 

Noches oscuras. 

Los carruseles

Pomposos y llenos de humo, 

Bajo grandes filas humanas. 

Bailes y trajes de la tierra, 

O de criaturas mágicas, 

El prefacio de una muerte anunciada. 

El momento de infinidad de tensión, 

Y movimientos, 

De cadera y de gritos de batalla. 

Hemos perdido. 

Los días que fueron

 Pude retroceder en el tiempo

Y no encontrar ningun hecho, 

Todos las tardes de paseos, 

De los días en el lago, 

O las noches en tu cama tibia. 

Son recuerdos que se van como, 

El aire de las noches, 

O el frio del invierno. 

Tus mejillas sonrojadas,

Y tu cuerpo esbelto, 

Algún día,

Srán invierno. 

El frio

El frio, como un estampida,

Llega a tus huesos, 

Te inmoviliza.

Eres estático, 

Eres un fruto  que cae de lo lejos. 

Eres los pies helados. 

De días en velo, 

Y noches de luna. 

Solitaria y

Fría. 

Un día silencioso

El sonido,

De los niños jugando y de los pájaros cantando,

Una dulce melodía de cuna. 

Y las bocinas desaparecieron. 

El sonido infernal. 

Y los gritos se esfumaron como el viento. 

Sueño.

Que no me despierte. 

El amanecer

 Me he descubierto mirando el amanecer,

Distante.

La brisa que pega contra mi pecho,

La respiración que embriaga mi cuerpo. 

Mis ojos se deslumbran,

Hay verdes montes, 

Hay cafés murallas, 

Hay  grandes lagos,

Y grises bosques.

Me fumo mi cigarrillo,

Y las cenizas que  caen se convierten en recuerdo. 

Los ojos saltarines

 Y me miras con la cara de serpiente,

Me dices que soy la mala, 

Que mis dientes se perdieron por mi suerte. 

Que te robe el alma.

Y yo con mis manos vacías,

Vi el horizonte, un largo sol. 

Preludio de una vida contigo. 

La tierra

 Las aves de comida, 

Y los pastos de comida. 

Los pastos que son grises. 

Pastos de cenizas. 

Y la comida que un día pudo ser.

Y los bosques que desaparecieron y los

Humanos que bailan. 

Y yo que canto y como. 

Como dos vacas muertas 

Como dos humanos vivos. 

El infierno. 

Las ventanas

 El puerto se atasco, 

Las tormentas cerraron el paso de los aeropuertos. 

Mi cama se partió en dos. 

Mis manos cálidas se enfriaron, 

El mirar de tus ojos me llevo a otro mundo. 

Y las aves cantaban, 

Y las gentes bailaban. 

Eran dos cerrojos, 

En una ventana del mundo. 

Tus ojos. 

La virtud

 He intentado obtener el poder.

Y me he perdido en ese camino. 

Lo bueno y lo malo,

Una benda. 

Dos mascaras inmensas, 

Dos cuerpos descompuestos. 

Dos almas de Dios. 

Mis piernas de alegría, 

Mis manos de cansancio. 

El día y la noche. 

La noche

 He viajado a través del tiempo,

He visto casas arder y lagos secarsen, 

He visto la luna que se apaga y 

Los ángeles caer y las estrellas caersen. 

He visto como los días se convierten, 

En ecos y las almas en un lamento. 

Escribir

 He viajado por épocas, 

La tragedia o la mitología, 

Cuentos irreales o reales, 

Como los que nos cuentan en la vida. 

Que dos monedas y tres zapatos.

Vivir. 

Es una concepción en desuso. 

Es una concepción que ha perdido sustento. 

El sueño

 Cómo dos cajas de vientos,

Cómo dos grandes cejas,

Y dos grandes sonrisas.

Cantando y riendo,

Bailar es la noche del sueño.

El insomnio, 

Y los días de emergencia.

Y los día de gloria.

La felicidad

 Me pesa caminar y descubrir en mis pies,

Grandes verrugas por tanto caminar.

Mis zapatos ya acabados piden cambio,

!Que si me caigo en un interminable bar, y

Así ahogó mis penas o yo en ellas!

Ya nada puede detenerme estoy vacío,

Y me urgen muchas cosas.

Tengo que salir temprano a trabajar.

El horizonte plateado y de oro me obliga a soñar.

Me gusta cantar, bailar y mirar al cielo, 

Pero no puedo caminar.

Estoy inválido.

Solo sé trabajar. 

Y mirar atras

En un monte verde, 

He encontrado que la luz florece, 

Y los vientos turbios y las borrascas, 

Desaparecen. 

Es un monte amplio, hermosas flores y 

Bellos pájaros cantando. 

Allí nadie recuerda, 

No existen problemas, 

Y solo esta el presente. 

Pero también hay esqueletos,

En forma de humanos.

Y la muerte. 

Una noche

 Los días festivos son mi cualidad.

Descubro que las paredes hablan,

Y me fundo en los ladrillos.

Que sería de mi al cantar en las tardes,

O en las mañanas y no ver si no el sol que cae. 

Sin ver los cielos en diamantes de color negro, 

O perlas de los ojos de mi madre.

Que serían de los ocasos

O las tormentas sin tu mano que me acompañe.

El cuarto

Un ventana y una puerta, 

Dos posibilidades,

Que pueden cerrar o abrir. 

Depende de la luz tenue, 

O la oscuridad que no te deja ver.

O de un ocaso o un cielo despejado.

O de tu mirada en mí. 

O de la muerte.

O de la vida.