Respirar

 He podido respirar en las montañas mas altas, 

Donde las plantas huelen a rosas,

Y hay diamantes en las rocas. 

Donde el cielo se ven fuegos artificiales, 

Y la noche pareciera mágica. 

Mi día

 Las nubes se entrelazan, 

Y crean mi mundo. 

Nubes pasajeras,

Y las casas sucias. 

Y los arboles se caen, 

Mi cuerpo se calcina, 

Las calles se derrumban y los ríos,

Desaparecen. 

Una noche

 Estaban en una noche oscura, 

Y las frías casas se asentaron. 

Los bosques se sintieron en lamento. 

Y las tejas y tejados se murieron en frio. 

Mis aves fueron cayendo y los cielos, 

Y los chulos, y las hamacas. 

Y las fincas parecieron y se hicieron un eterno momento.

Las ventanas

 Veo como las noches desaparecen, 

Y las puertas se abren a un amplio campo. 

Las paredes se desploman y los pastos crecen. 

Ver un cielo oscuro y un amanecer ardiente. 

Respirar el aire de las flores y el canto de las hojas.

¡Vivir!

En el pensamiento y los razonamientos. 

La poesía de las aves

 Cuando veo el cielo nublado, 

Encuentro las montañas opacas, 

Y la tierra mojada. 

La lluvia cae como llorando, 

Y las hojas de secas un lamento. 

Las visiones

 He podido reconocer mi futuro, 

Estaba pintando bajo la luz del sol, 

Sabía que era de día, 

Y pude reconocer que la luna era tuya y 

Mía. 

Que los bosques traspiran paz, 

Y los ríos tranquilidad.

Que el caer de un ave, 

Es desesperanza. 

Y que el despegue de un avión ilusión. 

La luz que no me deja ver, 

Y los carros que se pierden. 

El desgaste

 Las ciencias que fueron, 

Un descubrir de ojos cerrados. 

Mis dos sillas empecinados, 

Y mis sombreros opacos. 

La casa azul y el cielo rojo. 

Mis ojos del mar y de las tierras verdes. 

Reír y llorar en un mismo universo. 

El viento

 Entra por mis pulmones, 

Se que las piernas langudecieron, 

Y las aves cayeron. 

Tambien se que las nubes, 

El sol y el cielo, 

Son un cerco, 

Y también un cuento. 

Somos dos aves que se van en el viento, 

Y como mis manos se mueven por el firmamento. 

Los coches

Las ruedas me trasportaron a un mundo, 

Y las niñas se vieron. 

Y los jovenes se preguntaron sobre la noche, 

Y el día cuando el sol se nubló. 

Me han dicho  que los pétalos se escondieron bajo la sombra de las nubes, 

Y que tus desdichas fueron un lamento olvidado. 

Las ruedas me trasportaron al cielo, 

Y las aves pudieron sonreírme, 

Y las casas y edificios ya no fueron tan grandes.

Y las personas y los problemas y las flores, 

Simplemente se apequeñaron. 

Las deidades fueron la noche. 

Las deidades fueron el día. 

Los pies

 Me gusta revisar unas llamadas, 

Grandes cuerpos que caen. 

Y sujetos que se despabilan y muren. 

Me gustan los soles y las nubes, 

Saber que me he caído y 

Y podría levantarme viendo el amanecer, 

Y los atardeceres, volviendo a levantarme. 

Que las aves corren rápido, y los pensamientos lentos. 

Que mi amor por ti, 

Un lamento. 

Y el sueño un consuelo. 

Los ladridos

 Empezó a oscurecer,

La lluvia cae a torrentes. 

Y las mesas, los sillones y las computadoras se estropearon. 

La vida osada, 

Y la fuerza de la naturaleza. 

Somos una tierra, que viste moños, 

Y los carros, son desiertos. 

Reír, y sonreír como el sol. 

Saber que tus ojos serán como la luna.

Y mi amor, tan solo como la piel. 

El viento

 Las cortinas golpean fuerte, 

Y la madera sobre el mar, 

Ver las desdichas de un ayer en tus manos. 

Reconocer que en tu mirada, 

Esta los ojos perdidos de un ocaso. 

Y el ardiente sol que una vez, 

Existía en tu opaco corazón. 

Me gusta las pelucas, 

Porque despiertan en ti, 

Los cielos y las tormentas de un mañana. 

Me gustan

 Las noches frias, 

Donde puedo observar el calor de mi cuerpo. 

Puedo ver las calles silenciosas,

Y los edificios que se alzan como un monumento. 

Me gustan las noches frias. 

Porque puedo observar como piel se funde en tu piel. 

Puedo no asustarme en los golpes del tejado. 

Y no salir corriendo cuando la lluvia caiga a chorros. 

Me gusta el frio, 

Porque mis músculos se fortalecen. 

Y mi visión del mundo se nubla con un poco de humedad en los ojos. 

Las casas

Los pisos,

Y las ventanas se abrieron al paso de un gigante. 

Tenia los pies cubiertos de arena, 

Y de sudor. 

Era uno de esos animales exóticos que, 

Están en peligros de extensión. 

Miran los arboles desde la altura, 

Y a las jirafas como  chiquitas. 

Un día, un día, 

El gigante fue pequeño, 

Cuando su personalidad lo defraudó. 

Las estrelladas plateadas

 Hay ciertas estrellas que, 

Se caen del cielo y traspasan, 

El subsuelo. 

Y la tierra empieza a florecer, 

Los bosques se oscurecen, 

Y el color verde es azul. 

Y mi amor, 

Es el que  nunca fue. 

Sin parar

 Es bien sabido que recorrer una calle, 

No te hace perfecto,

Las barandas de lo inconocible y de lo invisible. 

Todos los días conocemos, 

Como caminamos y corremos. 

Somos animales en movimiento.

En habito y tal vez en sentimiento. 

Nos gusta los mares, 

Los cielos y los vientos. 

Los truenos y los lamentos. 

Las tardes

 El muy caliente asfalto, 

Y las cortinas sofocadas. 

Mi amor por ti desorientado. 

Y mis lagrimas en lluvia. 

Y mis manos de plegaria. 

Como una montaña y 

Un infierno. 

Como las manos tristes del lamento. 

El cielo oscuro

 He descendido de un cielo que, 

Aparece en mis sueños azules. 

He sabido reconocer que fue una mancha, 

Que tapaba mi sol. 

La inmensidad de las nubes, 

Y de los besos que nunca tuvimos. 

Los ojos que se iluminan, 

Y caen sinceros. 

En charcos y barrancos, 

Deshonestos. 

La humanidad

 He perdido el sentido del olfato, 

Se que puedo observar los pensamientos que se diluyen, 

Las aves que moribundas caen, 

De abismos inexpertos y de cosas minimamente pequeñas. 

Cielos oscuros y aves de rapiña. 

Y los sujetos que se comen las migajas, 

Y las aves que regresan y 

Los oscursos cielos con llamas azules, 

Y  los pensamientos que regresan y se ven como las olas.

La migraña

 Los ojos saltones, 

En miradas que se pierden en el horizonte. 

Y corazones que deslizan hacia la locura. 

Vivir en la irrealidad de lo real. 

Sentir la presencia de lo que fue, 

Y de lo que pudo haber sido. 

Escribir desde la sociedad

 Escribir sobre lo que nos sucede. 

El pensamiento de la nada. 

 saber que nuestra existencia eclipsada. 

Y los carros que se estrellan 

Y las miradas que nunca conectaron 

Y los padres que nunca se vieron. 

La triste mirada de una mujer en la estacion 

O en un campo 

O en los aturdidos de un joven. 

Escribir desde la sociedad, 

O describir desde la sociedad. 

¿Revivir- reestructurar- repensar?

Revolucionar. 

Las noches de persistencia

 Hay días donde las piernas te duelen, 

Y hay días donde simplemente tu cuerpo se resiente. 

Es como un ir y venir. 

Hasta que nos hacemos fuertes como el metal. 

Tenemos la capacidad de ser lo que no deberíamos, 

Y desafiar la lógica, 

O de reír a carcajadas por el daño, 

O de cantar bajo el sol de una ciudad. 

La paz en Colombia

 He conocido personas que caen en sus propios charcos, 

Y otros que se levantan de los barrancos. 

Se que las huellas que dejaron, 

No podrán ser borradas, 

Y que al mirar mas allá de las casas,

Abra un horizonte que se abre a través de la niebla. 

Donde las aves puedan emprender el vuelo, 

Y las personas puedan soñar en llegar a las nubes 

O en descender del cielo. 

La poesía angelical

 Me hubiese gustado devorar tus labios sabor frambuesa.

Y despedirme del olor de las margaritas de tu cuerpo. 

Me hubiese gustado mirar el ocaso por medio de un espejo y descubrir la mirada de tu sol. 

Me hubiese gustado apagar la luna para que así nos quedáramos por siempre, 

Tu y yo abrazados por una eternidad. 

La adrenalina

 Te sacuden los sentidos, 

Los pelos de la piel, 

Te afirman y definen. 

Eres como una bomba a punto de estallar, 

Un éxtasis

Un orgasmo. 

Te paraliza o te lleva a la muerte. 

Es ver el amanecer y descender bajo los pies de los Dioses. 

O las jugadas de satanás. 

Somos humanos escalando montañas,

Viajando a la luna o descendiendo de los cielos. 

Somos humanos jugando a ser deidades. 

Los dias claros

Respirar el calor, 

De las aves que se fueron. 

De los días que pasaron. 

Y el motor de la vida. 

Los sueños que se renacen en el humo del cielo, 

O la fuerte desprendida de las llantas 

y el corazon que se paraliza en un momento. 

De las aves que se fueron. 

O los carros, los edificios y el rojo sol. 

Cuando los mangos dejan de caer

 Mi patio de un olor a humedad, 

Y la sombra de la noche,

Que cubren los frutos de aguacates. 

Y las plátanos y bananos de color del sol y el pasto. 

Camino inestable en los pasos de la tierra, 

Fresca. 

Se que en cualquier momento puedo caer. 

Pero la fortaleza y regocijo que produce mi corazon. 

Son las edificaciones futuras, 

Y los campos de limones y los ejercitos de cacos y de mangos.