El calor
He sentido en el ocaso mas allá de las montañas,
Que el sol ya llega y las nubes se amontonan.
Y en ciudades vacías y montañas devastadas,
El calor se escapa y el viento se ofusca.
¡Frunce el ceño!
sabe que las plantas y los floreros se secaran,
Y mi amor por ti ya no será,
Si no el lamento de unos labios secos.
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