Los campos
La vista de una carniceria,
El olor a podedumbre,
Los hombres con sus harapos.
Desnudos y deshuaciados.
Convertidos en un potrero.
Castigados como esclavos
Y tratados como animales.
Pero incluso mi perro con su olor avena,
Es la idea de un mundo ideal.
El cual ha sido teñido,
Por el color de la barbarie.
Hay humanos que son bien parecidos,
Y otros que no tanto.
Pero lo uno ni lo otro,
tiene que ver con la delicada línea de lo humano.
Si hay hombres que no son hombres.
Son espectros con una sombra oscura,
O una blanca,
Muy blanca o mona.
De colores no importa.
Los humanos y su naturaleza.
Los humanos que desafían su naturaleza.
Somos humanos cuando miramos por encima de las montañas,
Y de los odios, miedos e ideas.
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