Mi piel se pone como un suspiro en el cuerpo,
es el pulso decaído de la noche en silencio.
Como un susurro que nace del bosque callado,
la voz quebrada del río que baja cansado.
Es una mirada ciega de los que no oímos,
de los que fueron y .
Los que siempre serán, los que siempre estarán,
en un recuerdo lejano que no vuelve jamás.
En la silla vacía donde habita la ausencia,
en la arena que cae y se pierde en la esencia.


0 comentarios:
Publicar un comentario
Suscribirse a Enviar comentarios [Atom]
<< Inicio