sábado, 16 de septiembre de 2023

¿Es bueno o malo el consumismo?

La gente disfruta comprando, incluso yo, comprar cosas es adictivo, placentero; tener ropa nueva, nevera nueva, causa felicidad o bueno, aparentemente. Desde siempre ha existido el consumismo, en la edad media en las grandes plazas con sus mercaderes ofreciendo joyas preciosas, sin embargo, nunca ha sido más evidente y atractivo como ahora. 

En la actualidad, hay áreas especializadas que se dedican a generar estrategias para que la gente compre más, las publicidades más tecnificadas y al alcance de todos. Diariamente nos invitan a comprar, a dejar todo el sueldo, todo el dinero en cosas que a veces son triviales. Lo que se convierte en muchos la perdición, porque terminan endeudados, y sin recursos para su subsistencia. 

El iPhone es un icono de lo que el consumismo representa, un ideal, un deseo, una razón para comprar. La cual va más allá de lo ordinario, la gente compra un iPhone es por estatus, todo el que tiene un iPhone se considera adinerado y se le trata de manera especial. Esa manzanita, es lujo, calidad y jerarquía social. Tu ves a un chica con iPhone y más si es de los últimos y ya te puedes desnudar. O bueno no tan así pero sí, hoy en día la sociedad inventa excusas para comprar elementos innecesarios pero que se vuelven necesarios dentro de la misma sociedad. 

Una moto o un carro lujos son innecesarios, ropa de marca, gafas de marca, son innecesarios. Andar con mucho maquillaje o cortes cortos es innecesario, todo es parte de una cultura y sociedad que es coersiva. Por eso a veces somos copias, y no hacemos la diferencia. Yo a mis estudiantes les dije una vez que teníamos que ser auténticos y resistir, pero es complicado a nadie le gusta ser rechazado.

Por último, el consumismo ha traído tanto bien como mal. Más facilidad de alimento, de agua potable, de comodidad, no obstante, también a posibilitado la aparición de diferentes problemas, como el ciberbullying, ciberacoso, anorexia, etc.

Asimismo, el consumismo permite la creación de diferentes empleos por lo que la vida en sociedad se multiplica, sin la necesidad de subsistir en el bosque. No obstante, los sujetos al vivir en sociedad se vuelven esclavos del sistema y del proceso de trabaje y consuma. Lo que en últimas termina siendo muy contraproducente para el ser humano, ¡que ganas de volver a la época de las cavernas!

De igual modo, vivir bajo la influencia del consumismo se convierte en un agotamiento que no permite el descanso mental ni físico, estamos agotados ya sea por lo abrumador que significa el tumulto de servicios, de ventas, y de entretenimiento. Pensar en ciertas ocasiones no es una opción.

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